miércoles, 11 de agosto de 2010

El tiempo es un avión Japonés, se mueve muy rápido – Parte femenina (Teté)



Un potente aguijón me lleva como una bailarina a cuerda. Una niña de tutú celeste dando sus primeros pasos en el gazebo de la plaza de Tandil. Nueve años de nipona inocente.
Nos llevamos a cenar y queremos favorcitos. Palabra exacta para definir lo que nos espera. No sé quien es, no sé quién soy.
Rosario y el Merlu, primer amigo en común. Él espera ansioso y, entre Tiki-taka y filosofía trascendental, nos tira la data de los lugares que pensamos ir. Mira desde el balcón a Cristian Sancho que se hospeda en el hotel de enfrente. Un abdominal papa frita.

El verdadero nombre del Merlu no lo sabemos, claramente es como todos esos personajes que nunca se les recuerda el nombre y en definitiva no importa.

Dice que lo ayude a colgar la bola de espejos, una gigante que se le viene encima, esa que asoma desde el rincón. El Merlu quiere fiesta con televisor prendido, borra de vino, bola de espejos y nosotros dos.
Siento que soy una avioneta en contrapicado dando una charla de presentaciones efectivas. Sería absurdo pensar que si le hablo al Merlu, él me entendería. Sería absurdo pensar que si lo comparto, alguien me entendería. En realidad no quiero hablar con ninguna otra persona que no sea la que me trajo acá.
Pienso que somos personajes sensuales, pasados por espejos rectangulares que nos rayaron cuando me pudo cazar.
Pedimos unas películas, un montón de cosas acumuladas en un sobre papel madera. Ahora son solo cosas. Andanzas, corridas y libretas de subtes. No necesitamos de maratones. Él me cuenta historias de tiburones: el Diego, el vals de Helena, su Gatuni del medio y se atreve. Sus cristalinas manitos rozan la mariposa de mi espalda. Una llovizna helada de verano.
Creo que estoy apegándome a un sabor pronto. ¡Me como las uñas, me tiro por paracaídas y me hago lesbiana! Quiero ser una cajita de cristal y salir corriendo. Manitos crujientes de pervertido veraniego, que suda y lame, se da vuelta y me mira. Raptor de mis secretos que me está engatusando.

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