miércoles, 24 de noviembre de 2010

La fiesta fue una monada (Alelí Manrique)

La fiesta fue una monada.
La pobre rueca no podía hilar ni dos palabras.
La buena pipa bailaba con sus humos adolescentes.
Un pie estaba en el aire porque el otro lo apoyaba.
Fueron Lujo y Lujuria.
Las apuestas comenzaron a correr.
Los buenos mozos tras ellas, olvidando así sus canapés y todo protocolo.
Los rumores no tardaron en llegar.
El mago perdió el saco, se quedó sin su as bajo la manga y se tuvo que ir.
Las mellizas Varicela y Virulana freían churros.
El sol brilló por su ausencia.
Más tarde cayeron tres gotas locas.
Cantó la negra Rosa ¡Fue celestial!
Me llevé buenas impresiones de algunos amigos de la casa, después se las devuelvo.
Le saqué la ficha a varios también, esas me las quedo (a un par los tuve que mandar a freír churros con las hermanitas).
En un momento hubo garrapiñadas..
¡Fue como patada en el medio de la trompa, explotó como piñata en el centro de la torta!
Al divino botón lo invité al balcón a charlar, porque justo en ese momento cantaron el feliz cumpleaños y me quedé sin el pan y sin la torta.
De repente Varicela dijo: “¡Me siento mal!”
¡¡Y claro... había puesto las piernas en el respaldo!!
Estuvo muy divertida, pero al final se cortó la onda con los seres queridos, no quedó ni un alma, ni un cuerpo.
Además ni a Sol ni a Sombra le gustaron mis chistes.
Mañana la calavera no chillará pero el cocodrilo nunca va a llorar en serio

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