martes, 13 de octubre de 2009

"De camino al lugar acordado - Parte III" (Julián Nugnes)

Estoy presenciando un desfile de lo más pintoresco. Humo, panchos, chipá calientito paredes pintadas de mugre, gente tambaleándose. ¡Y todo por 90 centavos!,
Quilmes es infinitamente horrible.

Dualidad obscena, tetas de goma
Gomas y basura quemadas al atardecer
Desierto asqueroso de monedas y cocaína,
y en el centro una rosa espinada

Me refriego los ojos, borro todo lo que vi a través de la ventana. Mientras el tren arranca vuelvo mi vista al pequeño librito de Maru Paii, y no puedo creer estar en el mismo planeta que antes. Después de leer dos palabras de su primer poema ya es mi escritora favorita. La ventana no está tan roñosa como antes, los pies de los nenes ya no están tan sucios ni descalzos, ahora soy yo el que se siente un cerdo asqueroso. ¡Amo la envidia!


Y me vuelvo a repetir el juramento:

Cuando se apague la llama del desamor infinito
Sin razón de ser quedará mi lengua
Monocorde y desalmado, Sin pasión, marchito,
Imposible negarlo
¡Morir será mi más grande aventura!

Los poemas de Maru Paii son tan sencillos que redefinen la belleza de la artesanía, la hoja mecanografiada parece un manuscrito.
Entonces, decidí que quiero varias cosas:
Quiero hacerme hincha fanático y gritar un gol suyo en alguna fiesta snob de Buenos Aires.
Hablar de ella siempre de una manera efectista y dulcísima para jamás pasar inadvertido.
Que sea mi escritora fetiche para siempre, conocerla, saludarla y halagarla.
Tener para mi toda su confianza y amistad a fuerza de regalos y helados abarrotados de crema.
Charlar y tomar vino y charlar.
Hacerla reír más fuerte que mil hermanas en camas marineras.
Poseerla.
Matarla.

Estoy devastado. Siento mi piel descomponerse con mayor rapidez, llenarme de arrugas, viejo, asqueroso, horrible, pervertido. La sensación es más que dulce, ¡Es salada!
Y todo por culpa de una nena hermosa de 15 años.
Mejor me tiro del tren.

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