jueves, 10 de septiembre de 2009

"La Triste historia de El Ex" (Julián Nugnes)


(Para principiantes, en tres prácticos pasos)

Tenés unos ojos púrpura como el cielo azul.
Hermosa.
Niña con piel de porcelana china. Cabello infinito que cuelga hasta la cintura,
tu parte mas suave y perfumada.
Delicado aljibe a las enseñanzas más puras,
las tonterías más salvajes, los pecados más enriquecedores.
Manitos de miel anudadas a las mías a través de los caminos.
Desde abril hasta Júpiter. Desde Ares hasta Octubre. Preciosa mente impenetrable…
¡Y pensar que todo eso fue mío, maldita!

Tuve tu aliento en la palma de mi mano y cada exhalación tuya respondiendo a mis caprichos. Conquisté a tu madre y hermano con miles de libros y películas y canciones afrodisíacas. Tentándolos, endulzándote.
Parecías tan encantadora, parlanchina, repleta de mis palabras. Un pajarito lúbrico y enamoradizo.
La verdad es devastadora. La gente enamoradiza jamás se enamora.

Es tan triste cuando los amantes deciden abandonarse y dejar de amarse desde allí hasta que se mueren solos y pútridos. Y los jugos, sus jugos, se retuercen y entremezclan en un brebaje por demás obsceno. Las lagañas podridas en los ojos somnolientos de los amantes tímidos se hacen carne en las pupilas amarronadas como unas aceitunas rancias de picada de barrio bajo. Es tan horrible describirlo.
Es espantoso sentir como mi carne se pudre a cada segundo.

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